abikore: “Un sueño compartido que hoy ya es vigilia”

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Uramaki de salmón, langostino tempurizado, aguacate, tobiko y salsa de anguila./ Manuel Expósito
Uramaki de salmón, langostino tempurizado, aguacate, tobiko y salsa de anguila./ Manuel Expósito

En la carta son 22 platos: 18 entrantes, seis principales y cuatro postres. Estamos ante una propuesta de cocina de fusión hispano-nipona surgida a la sombra de La Posada del Pez y fruto del encuentro entre el chef japo-peruano Tadashi Tagami y Carlos Villar y Silvia Aguilera. Abikore une los fogones de oriente y occidente aportando a San Andrés su rincón gastronómico más singular. Para quienes les place comer, es un lugar a probar.

“Un sueño compartido que hoy es vigilia” es la frase con la que sus creadores explican la historia del surgimiento de abikore, un restaurante situado (literalmente) bajo La Posada del Pez con acceso por dos calles a través de una terraza, situada frente al Océano Atlántico y a la sombra de un drago de 130 años. Luminoso, confortable, su diseño, su mobiliario y su vajilla configuran un espacio plácido que invita a disfrutar de la comida.

Como del crujiente de calamar en su tinta, remolacha y alioli de azafrán. Un bocadito que aporta la casa y que para abrir boca es “la leche”. Tanto que el impulso es incluirlo en la comanda.

Uramaki de salmón, langostino tempurizado, aguacate, tobiko y salsa de anguila es un entrante espectacular. Para los neófitos, este plato es como un sushi al revés, con el arroz en el exterior, pero al que sus complementos le confieren un sabor que solo se percibe plenamente si el bocado incluye todos y cada uno de sus ingredientes. Es lo aconsejable. Pero cualquier combinación sirve para vivir la cocina nipona internacional en su esplendor. Muy, muy aconsejable.

Chuleta de atún a la brasa es una apuesta segura: el pescado aparece en plato con una cocción perfecta (para muchos, demasiado cruda), con un sabor exquisito redondeado por la salsa de anguila que lo acompaña. Es un ejemplo de esa fusión culinaria que emana de todos los rincones de este restaurante.

Cherne en escabeche con puré de calabaza es una oferta redonda de abikore. Preparado con un toque ahumado, el contrapunto del tubérculo no solo equilibra, sino que marca en boca el momento más relevante de una comanda suculenta, redondeada con un granizado de melón, Aove y gelatina de fresas, un postre hiper refrescante en el que la dulzura de las bolitas congeladas de melón explota con las virutas de la gelatina. Una brutalidad.

Temaki, ceviche, usuzukuri, tartar, tataki, uramaki, cherne, salmón, atún, carrilleras, pulpo, macedonia de frutas, milhojas de cerezas, mousse de piña y el granizado de limón aparecen en esta carta. “La gastronomía de abikore es muy cambiante, tanto como exige la temporalidad y la frescura de las materias primas. En la carta hay platos de elogio singular a la materia prima combinados con otros más elaborados y sofisticados, en línea con la alta cocina contemporánea y la fusión Occidente-Oriente. Y es fundamental la naturalidad de la cocción a la brasa, en la parrilla construida especialmente para Tadashi”, apuntan en su página web.

Un último apunte: gran cocina, muy buen atendimiento, lugar espectacular… Solo le falta equilibrar la relación calidad/precio.

La ficha

abikore

  • Calle del Carmen, 3 – San Andrés
  • Santa Cruz de Tenerife
  • Tel.: 922 591 939