Bodega El Reloj merece la pena

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Risotto de hongos con aceite de trufa y teja crujiente de parmesano, Bodega El Reloj./ Manuel Expósito
Risotto de hongos con aceite de trufa y teja crujiente de parmesano, Bodega El Reloj./ Manuel Expósito

En su presentación oficial a través de la red llegan a señalar que “en los fogones de la Bodega El Reloj se apuesta por la calidad de la materia prima, como clave del éxito entre los comensales. En su carta hay una gran variedad de tapas, quesos canarios, ensaladas y una selección de las mejores carnes como chuletón de buey, carrillera de ternera o rabo de toro”. No está mal para resumir esta propuesta.

Pero el plus de este lugar es su emplazamiento, en una finca desde la que se disfruta de una espectacular panorámica del Valle de La Orotava y el mar, con dos espacios muy diferenciados para el cliente: un comedor amplio, pero personal, y una terraza. Es uno de esos restaurantes que hay que conocer.

El Reloj aporta cocina castellana e internacional con toques creativos en una carta ajustadísima, con tres tapas: croquetas caseras, legumbre de temporada y miniburguer de buey, rulo de cabra y tomate escabechado. Fuera de carta, optamos por alubias de Tolosa. Una elección exquisita, porque si lo que se espera es un producto muy marcado por el sabor del chorizo, pero con ese fondo cremoso de la legumbre y el punto que aporta la morcilla enriquecido en forma de caldo que invita a mojar pan, está ante el plato adecuado. ¡Exquisito!

Las propuestas principales incluyen jamón ibérico de bellota, tabla de quesos canarios y nacionales; ensalada de tomates ecológicos, así como ensaladilla alemana de arenque ahumado, manzana verde, y vinagreta de miel y mostaza. Aquí entramos con el mar a través del tiradito de pescado fresco con pasta de trufa, vinagreta de arbequina y parchita; tataki de atún rojo marinado en soja y jengibre con picada thai de sésamo y mango; tartar de atún rojo con aliño de mostaza especiada, cebolla roja y aguacate y una tortilla de bacalao con cebolla frita y puerros, nuestra elección.

Con una presentación en figura de pan, es una de esas propuestas de las que el comensal espera cierta sorpresa. Por el resultado, indebidamente, porque se trata de una preparación simple, con ingredientes que camuflan demasiado el sabor del bacalao pero que resulta ser un plato contundente, de los que sacian y que complementa muy bien el menú. Un detalle: el nivel de cocción lo marca el comensal.

Seguimos con la carta: huevos revolcones con jamón ibérico y pimentón de La Vera, legumbre de temporada con matanza de cochino y entramos con las carnes: carrilera de ternera estofada al vino tinto con cremoso de papa negra trufada y verduritas, entrecot de lomo bajo de ternera a la piedra y chuletón de buey madurado a la piedra, ambos con papas fritas y ensalada.

Pero nuestra elección está lejos de eso: risotto de hongos con aceite de trufa y teja crujiente de parmesano. ¡Manjar de dioses! Es un plato fuerte, con sabores muy intensos, con el queso marcando cada bocado y la trufa diciéndole que ella puede más en sabor. ¡No deje de probarlo!

El postre, por cierto, una combinación de yogur griego y queso cremoso con parchita. ¡Visto y no visto! Mejor, repetir.

El restaurante Bodega El Reloj combina buena carta, buena cocina, buenos productos, excelente servicio, emplazamiento de ensueño y… una relación calidad/precio a valorar. Con todo eso en la balanza y no estando en un lugar de acceso fácil, Bodega El Reloj merece la pena.

La ficha

Bodega El Reloj