El salto cualitativo de Cumbres de Abona (Cruz de Tea)

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Costillas con papas, piñas y mojo cilantro./ Manuel Expósito
Costillas con papas, piñas y mojo cilantro./ Manuel Expósito

En un entorno rural, casi en medio del bosque, mirando hacia el alto Vilaflor, Granadilla de Abona ofrece un pueblo que mezcla lo tradicional de Chasna y lo usual del último tercio del siglo XX; construcciones que definen y reflejan la dura historia del campesino de siempre en estas tierras se entremezclan con las edificaciones surgidas en las décadas de los 60, 70 y 80, esas en las que el tejado dio paso a la azotea como otro espacio aprovechable más y en las que la vivienda ocupaba la primera planta, sobre el salón que sirvió de garaje y almacén. Ahí está Cumbres de Abona, uno de los restaurantes granadilleros de más conocimiento popular en la comarca y fuera de ella. Para el común de los mortales es el restaurante de Cruz de Tea, el barrio.

Situados ya, sabemos que accedemos a una casa de comida de las más tradicionales del Sur de Tenerife. Entrada por el bar que sirve de bienvenida dando paso a varios comedores creando el ambiente que el cliente de este tipo de establecimientos espera encontrar antes de enfrentarse a una carta que no defrauda, porque lo que se busca es escaldón, garbanzas, chistorras, carne de fiesta, ropa vieja, bistec, solomillo, algo de pescado… Y lo que usted quiera.

Para empezar, te colocan unos chicharrones que ya te hacen sospechar, porque no parece lo suyo: medio crujientes, poco gofio, frío. Pero tampoco es para pedir más. Eso mientras esperas a que llegue la comanda, con un escaldón que parece una de las especialidades. Servido en una paellera (se supone que la ración en mayor de lo habitual), caliente (como debe ser), con gofio espolvoreado, un toque de mojo rojo (insuficiente) y algo insípido. Llama la atención la variante del lugar: añaden un huevo al escaldón desmenuzándolo y generando un sabor… diferente. Aquí ya el mosqueo solo lo suplía el vino. De la Orotava, además, y tinto en una tierra de buen caldo blanco.

Y llegaron las costillas con papas. ¡Sobresaliente! Este plato lo preparan perfecto. Solo comerlo merece la pena cualquier desplazamiento a Cruz de Tea. Hasta el momento, este restaurante lo vinculábamos a una de las mejores preparaciones de la carne de fiesta y de ropa vieja. Hasta aquí. ¡Qué plato! Podemos asegurar que en el sur de Tenerife también se hacen unas excelentes costillas con papas. La carne se despega del hueso solo con mirarla, el sabor que aporta está al nivel perfecto de sal y al masticarla es lo que todo comensal espera siempre en su paladar cuando de ingerir costilla se trata… No contamos más. ¡A probarlas!

Y llegó el bacalao encebollado. ¡Notable! Otra sorpresa. Cierto que es un plato sencillo y agradecido, pero el género tiene mucho que ver y la mano en el fuego, también. En este caso, una casa de comida especializada en carne (así se entiende, comúnmente) pone en mesa un plato de mar que no desmerece en casi nada a cualquiera de los que se preparan en establecimientos más habituados al género del océano. Un plus en esta valoración es que la ración no se queda corta ni se excede. Solo le fallaron las papas: recalentadas e insípidas.

No podemos dejar de transmitir que fue toda una sorpresa. Acudimos a pasar un almuerzo de esos que se suelen clasificar entre el bien y el notable en un establecimiento de los que suelen ofrecer aquello que el comensal va buscando y espera encontrar. Es evidente que el salto cualitativo se ha producido. Cumbres de Abona o Cruz de Tea tiene que estar en la lista de los recursos a la hora de pensar en un lugar para comer bien, a buen precio y con una atención que merece el notable.

La ficha

Bar Restaurante Cumbres de Abona