Durante su comparecencia en el Senado, el ministro de Consumo Alberto Garzón, ha explicado que este sistema de etiquetado frontal es voluntario para las empresas que decidan establecerlo, a falta de que la normativa europea decida sobre su obligatoriedad. La decisión de implementarlo en España supondrá que el país forme parte del grupo, junto a Francia y Alemania, que lidera una posición en Europa favorable a establecer un sistema vinculante y accesible para todas las personas.
Garzón ha recordado que ninguno de los sistemas de etiquetado existentes es perfecto, pero que, de momento, Nutriscore es el que mayor consenso genera.
Además, asumir el sistema Nutriscore permite formar parte de sus comisiones y órganos de trabajo para poder ir mejorando el sistema y ajustándolo a las virtudes de la dieta mediterránea y los productos artesanos.
La implantación de Nutriscore irá acompañada de campañas de información y formación a los consumidores. Además, servirá como criterio a la hora de desarrollar políticas de publicidad y fiscalidad, articulando así una estrategia integral de mejorar de la calidad nutricional de los alimentos.
En esta línea, el ministro aboga por introducir campañas de concienciación, educación en hábitos saludables y medidas contra la obesidad.
Código PAOS
«Hay un claro consenso entre expertos y especialistas en nutrición sobre el hecho de que el sistema no está funcionando adecuadamente» porque «la publicidad en alimentación infantil apenas tiene control», ha dicho.
En la actualidad, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) está trabajando en una propuesta de nuevo código, más acorde con el objetivo de regular la publicidad que efectivamente reciben los menores.
La reforma presentará como principal novedad el aumento de la edad. Si bien hasta ahora la protección se establecía para menores de 12 años, la intención es elevarlo hasta los 15 y prohibir la publicidad de alimentos que Nutriscore señale con código rojo. También se reforzará la prohibición de participación de personas famosas y personajes animados en estos espacios comerciales, tanto en televisión como en las salas cinematográficas.
La ley 17/2011, de Seguridad Alimentaria y Nutrición, por la que se crea este sistema de autocontrol, establece que las medidas de regulación de la publicidad sean acordadas voluntariamente por la industria alimentaria. Por tanto, el trabajo para mejorar el Código PAOS debe ser acordado y consensuado con el sector, tal y como se viene haciendo en los últimos meses.
No obstante, el artículo 46 de la citada ley permite también que, si no se consigue llegar a acuerdos de corregulación sobre el código de conducta, sea el Gobierno quien establezca por vía reglamentaria las normas que regulen tales comunicaciones comerciales, para garantizar la protección de la infancia y la juventud, así como los medios para hacerlas efectivas
En su intervención en el Senado, Garzón ha señalado que «es voluntad de este ministerio acordarlo todo» pero que, en caso de que no se alcancen acuerdos, ejercerá sus competencias para garantizar que los alimentos que se publiciten a los menores cumplan con los criterios de calidad nutricional.