La cerveza y la dieta mediterránea

194

El consumo moderado de bebidas fermentadas puede formar parte de una alimentación saludable dentro de la Dieta Mediterránea actual, por las propiedades que les confieren su baja graduación alcohólica y las materias primas con las que están elaboradas.

De hecho, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), incluye en la Pirámide de la Alimentación Saludable –principal referencia en materia nutricional de nuestro país- las bebidas fermentadas (cerveza, vino, cava y sidra) de forma opcional y moderada. Asimismo, la Fundación Dieta Mediterránea incluye el consumo moderado de bebidas fermentadas dentro de las recomendaciones en la Pirámide de la Dieta Mediterránea afirmando que “siempre que las creencias religiosas y sociales lo permitan, se recomienda un consumo moderado de vino u otras bebidas fermentadas (como referencia, una copa al día para las mujeres y dos para los hombres)”.

Pero hay que tener en cuenta que los efectos beneficiosos de estas bebidas se observan únicamente cuando el consumo es moderado y responsable, por parte de adultos sanos, en el marco de una alimentación sana y equilibrada. Además, si se está tomando medicamentos, si se va a conducir, y en el caso de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, el consumo de alcohol debe ser cero.

Según instituciones internacionales, el consumo moderado de alcohol no debe superar los 30 g/día en los hombres (tres cañas de cerveza tradicional o 600 ml) y los 20g/día para las mujeres (dos cañas o 400 ml), y es aconsejable ingerirla acompañada de alimentos sólidos. Además, hay que tener en cuenta que las personas metabolizan de distinta manera el consumo de alcohol, ya que influyen factores como el peso, el sexo, la raza y la frecuencia con la que se bebe.

Por supuesto, es necesario destacar que la ingesta diaria recomendada, ingerida de una sola vez, por ejemplo, durante el fin de semana, no es una práctica saludable ni aconsejable.

Asimismo, hay que recordar que la expresión Dieta Mediterránea engloba no sólo la alimentación de una zona geográfica, sino un estilo de vida: las relaciones sociales que giran alrededor del hecho alimentario, el ritmo de las comidas, la forma de preparación y consumo, las formas y horarios de trabajo, el uso del tiempo de ocio y la práctica de una vida activa. En definitiva, una filosofía de vida que define la cultura y los patrones mediterráneos. En España, estas bebidas forman parte de nuestras tradiciones, costumbres y gastronomía y son los protagonistas de un rito tan arraigado como es el “tapeo”, que invita al encuentro social con familiares y amigos.