Para disfrutar comiendo, la Cueva de Madera by Montse y Leo

211
Carrilleras al vino tinto y chip de batata./ Manuel Expósito
Carrilleras al vino tinto y chip de batata./ Manuel Expósito

Llevan una década en el mercado, pero ya no es la misma. Ahora llevan la apostilla “by Leo y Montse” porque han cambiado de manos, pero la esencia es el producto de calidad, la atención personalizada, exquisita y hasta casi familiar y una carta renovada, ajustada, centrada en el mercado al que se dirige y, lo más importante de todo: cocina con calidad, cargada de sabores, sencilla pero propia. Para comer a gusto, en un espacio en el que sigue mandando la madera generando un ambiente cálido que invita a degustar cada plato.

La Tasca La Cueva de Madera Montse y Leo cambió de manos. Hoy encontramos una carta con 25 referencias que nos invitan a picotear (6) jamón 100% ibérico, que para abrir boca es muy recomendable. Un producto que no engaña, que trae al comensal ese sabor propio de lo que compra y que nos confirma que estamos ante una buena elección. Si lo prefiere, hay queso manchego curado, cocina de pueblo, chorizo de pueblo, tabla de embutidos 100% ibéricos y un queso asado con miel de palma y mojo canario.

Para empezar (así se presenta en carta), nueve propuestas, con la ensalada de la casa y otra del mar, timbal de batata, almogrote y esencia canaria; tosta de jamón ibérico con salteado de hongos, ataditos de ave con salsa de ostras y atadito de verduras de la huerta, corazón de alcachofa en tempura, un crujiente de langostinos con fruta de la pasión y croquetitas de la casa.

Para continuar, una decena de platos a cuál más atrayente: torre de berenjena con alza de setas, huevos La Cueva, revuelto de morcilla con papadum, timba de ratatouille con huevo escalfado, espárragos trigueros a la sal, cherne confitado con papas y delicias canarias, bacalao con papa arrugada, solomillo de ternera con su guarnición y salsa al gusto, secreto ibérico con su guarnición y carrilleras al vino tinto y chip de batata, nuestra elección. Perfecto el trabajo realizado en cocina, con una carne que se desmenuza casi con mirarla, con la salsa al vino que debe acompañar en su medida precisa porque realmente acompaña y realza el bocado que, además, se completa con unas papas panaderas exquisitas al extremo que pueden despistar al comensal del objetivo central del plato: la carrillera. Genial.

De este listado de segundos platos elegimos también pescado. Consientes de que esta no es temporada de cherne, ofertaron la alternativa del bacalao confitado con papas y delicias canarias. Este pescado nunca falla. Agradecido al paladar, como siempre, en La Cueva de Madera by Montse y Leo viene a ser una propuesta muy simple pero que sobresale por lo que comentábamos: la calidad del producto (excelente), el trato al fuego (fácil de “cortar”), punto de sal incuestionable y una papas “autodate” como complemento ideal, por su cocción (mantequilla al corte del tenedor), con un sabor una pizca dulzón complementario al confitado y, por supuesto, arrugadas (la piel engrandece su sabor). Muy recomendable.

La Tasca La Cueva de Madera by Montse y Leo es hoy un rincón al que retornar para un almuerzo de trabajo o para una cena de fin de una dura jornada. Está claro que el mercado marcará la carta, pero la premisa calidad/precio aquí no debe ser un impedimento para disfrutar comiendo. Hay mucho que probar (como los postres caseros) y mucho que contar sobre ello. La Tasca de La Cueva de Madera se confirma con Montse y Leo.

La ficha

Tasca La Cueva de Madera