La Posada del Pez, una cocina excelente que merece el esfuerzo

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Arroces, ensaladas, mariscos, pescados, carnes, postres caseros, productos de temporada y locales (la mayoría) con calidad y con una cocina experta en sacar lo mejor de cualquier combinación de todos esos elementos. El conocimiento popular le precede y encontrar un pero es tarea ardua. Una cosa, tal vez: en La Posada del Pez consume unos platos sobresalientes, pero no es barato. Si quiere gastar y no arrepentirse, es el lugar.

Al grano. La Posada del Pez ofrece una ensaladilla con papa negra que es puro manjar. Un entrante suave, no saturado de productos y con una preparación en la que los sentidos advierten al comensal que se avecina una gran experiencia gastronómica.

Calamares con mayonesa con kimchi. Estamos ante un plato simple y con una preparación también sencilla, pero el toque del preparado a base de verdura es un hallazgo para acompañar al molusco rebozado y, al tiempo que suaviza el punto duro del animal, le aporta un sabor que escasea y que, sencillamente, eleva la nota de esta preparación.

Arroz con carabineros. La cocina nos regaló un plato que superó las expectativas de cualquiera de los comensales. El fumet, la clave de todo buen preparado con este cereal, es la constatación de que la preparación de esta cocina es casera. Le aporta ese sabor a mar que baña el paladar con cada bocado que se redondea con un marisco muy bien tratado. El arroz, un pelín duro, como queríamos. Perfecto. Solo este plato hubiera merecido la experiencia, pero sirvió para marcar la diferencia. ¡Esto sí es arroz!

Cherne a la plancha. Es una de las especialidades. Un plato propio de la cocina en Canarias que no defrauda. Servido con las correspondientes papas y los mojos rojo y verde es como comer en casa.

Tiramisú con sobao. El postre es una preparación casera y muy especial. Para nada espere ni una presentación al uso de este dulce ni el sabor común del mismo. Una abundante porción de crema cubriendo el bollo (contiene pepitas de chocolate) forma una combinación que en boca es tiramisú. Sencillamente.

Arroces, carnes, mariscos, pescados, postres y pan, porque el pan también aporta y es un elemento que suma no solo en la cuenta, sino en la valoración de la carta. Inusual, pero algo cada día más frecuente, afortunadamente.

La Posada del Pez es uno de esos restaurantes que no defrauda ni siquiera por su decoración rústica no simulada. En una cocina excelente en un lugar con una atención que está a la altura. No es para todos los públicos, pero probar esta carta merece el esfuerzo.

La ficha

La Posada del Pez