Los viajes de un cocinero

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Sushi./ Manuel Expósito
Sushi./ Manuel Expósito

Les aseguro que no tengo la menor duda de que los que nos dedicamos a esto de cocinar y las agencias de viajes tenemos ideas, objetivos y lazos comunes, que no son otros que trazar sobre folio y mapa los sueños de nuestros clientes, que quieren cumplir aunque sea una vez al año ese sueño de volar en avión o sentarse a la mesa con mantel y anudarse la servilleta al cuello.

Cuando un cocinero vuela con la literatura, puede comprobar in situ las viejas ciudades marítimas de sus sueños, Génova, Venecia, Lisboa, Estambul, Tánger, Canarias o Nueva Orleans. Agarrados a esos libros de Mark Twain, Julio Verne o Robert Louis Stevenson lanzamos nuestra imaginación a volar mientras llegamos a destino.

Jambalaya, carajacas, clam chowder, falafel, mutabal y un largo etcétera de platos que seguro desconocemos son grandes manjares que deberíamos probar alguna vez en la vida.

Si seguimos con nuestros destinos, podemos adentrarnos en México, Jamaica, Cuba, Argentina o Colombia, dar un paseo por Venezuela, Ecuador o República Dominicana y, por qué no, Costa Rica o Perú.

Pabellón, bandeja paisa, tamales, chorreadas, ceviches, tinga, chicken jerk, fainá, asados, mangú, congrí…

Podemos adentrarnos en lo más profundo de África, igual nos topamos con Tarzán y su mona Chita, pero mejor buscar cosas divertidas y sabrosas como jollof rice, shuku shuku, nacatamal nican, fufú, cachupa…

Si les mola más Francia, Italia o la República Checa, déjense ver por esos garitos donde puedan probar un buen cacciuco di Livorno, coq au vin, cassoulet, pomanzanka, chelebicek…

Pero si les va más el rollito de volverse por unos días Cococdrilo Dandee y darse un paseo por Australia o Nueva Zelanda, pueden encontrarse con unos platos únicos como el cabanossi, la pavlova, lamb kofta wraps, barramundi, yabbies…

Como cocinero a mí me va más la aventura asiática, y así pueden acabar poseídos por el mundo de los samurais, goyzas, sushi, teriyaki o tataki, pad thai, satay, tantos y tantos manjares.