Manolo II, la buena cocina de siempre

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Sama a la plancha, Manolo II./ Manuel Expósito
Sama a la plancha, Manolo II./ Manuel Expósito

Manolo II es uno de los restaurantes de San Miguel de Tajao con mayor proyección popular y con una de las cocinas más reputadas de la localidad ariquera, en el Sur de Tenerife. Tiene motivos para que así sea. Especializado en pescado y marisco, estamos en un establecimiento para la familia, los amigos y la parranda. Un espacio en el que la calidad de la comida es segura. Hasta ahí. El resto está en función del momento.

La historia del almuerzo que vamos a contar es la de un par de hermanos que se acercan a Manolo II un martes de este verano. Tajao estaba de bote en bote, hasta el punto que estacionar fue la primera odisea. Al final: al puerto. Pero si la localidad estaba abarrotada, el restaurante registraba una retención parecida a las de la autopista del Sur en hora punta.

Elegir el pescado o el marisco es lo primero, nada más entrar. Los minutos van sumándose y la gente no deja de llegar. Después, la saturación obliga a hacer otra pausa ante una barra de bar repleta de botellas, platos, vasos y cubiertos sucios (parece que no tienen donde depositar los servicios utilizados fuera de la vista de los clientes). A todas estas, la climatización del local deja claro que no está al nivel del calor reinante.

Los camareros se afanan, es cierto; se muestran diligentes al máximo que pueden, pero no suman la suficiente cantidad de trabajadores como para responder a la demanda de un restaurante abarrotado. El comensal se arma de paciencia o lo pasa peor de lo que lleva haciéndolo en la última media hora, desde que accedió al establecimiento.

Sentado en medio del ruido ensordecedor de un restaurante como Manolo II, donde la “intimidad” del comensal es un concepto utópico, llegan las croquetas de atún, un entrante que realmente sabe a lo que ofrece, pero un toque más de bechamel no habría estado mal. En cualquier caso, no se deje engañar porque estamos a punto de descubrir un gran plato:

Sama a la plancha. El comensal es un enamorado de este pescado y promete que la cocción es perfecta y que el producto es excelente. La sama es una apuesta segura cuando las manos situadas ante el fogón son sabias. En Manolo II la cocina es la clave y con la sencillez con que prepararon este plato ratifica que estamos ante una apuesta segura para futuras visitas.

Calamar a la plancha, otra vez un ejemplo de que la cocina es conocedora de la técnica precisa para abordar un producto de gran calidad dejándolo en el punto justo en que el cefalópodo, al morder, solo transmite sabor, no despista al comensal tratando de rematar con la muela la dureza habitual en otros establecimientos cuando de calamar a la plancha hablamos. Es un plato perfecto en Manolo II.

Estas luces y sombras del Manolo II no deben engañar al lector y potencial comensal. Es un restaurante de pescado y marisco cuya cocina no defrauda nunca. Otra cosa es que el resto de la actividad de este tipo de recintos mejore o empeore en función de la cantidad de mesas ocupadas.

Manolo II es la comida canaria de siempre, con productos de mucha calidad, la preparación de siempre, y la esperada relación calidad/precio.

La ficha

Bar Restaurante Manolo II


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