Producto ‘made in Canarias’, con o sin D.O.

205
Puchero canario./ Manuel Expósito
Puchero canario./ Manuel Expósito

Hay un dicho que dice «nunca serás profeta en tu tierra». Creo que es un buen comienzo para este aporreo de teclado que les traigo hoy.

En Canarias, por el clima, tenemos la suerte de contar con grandes productos y, aunque muchos aún lo pongan en duda, muy pocas comunidades autónomas de este país -por desgracia- llegan a la variedad y calidad de lo que en «género» se refiere, por tierra, mar y aire.

Sin motivo, el canario siempre ha pensado que lo de fuera es mejor. Triste, pero cierto. Esa es la gran diferencia con otras comunidades, no defendemos nuestro producto. ¡Así nos va!

Los visitantes de estas islas y los que se dedican a esto de entretener fogones valoran mucho nuestro producto y, por ende, nuestra cocina. Nosotros, fieles a nuestra historia, valoramos lo externo.

Un colega de profesión de esa tierra conocida como península me decía que puede ser que nos tomamos en serio eso de tierra colonizada. Quizá, por mi alma rebelde me niego a verlo así, por lo tanto seguiré defendiendo nuestro «género» y hasta puede me vuelva templario y organice una cruzada. ¡Ya quisieran tener allí esta papa negra, estos plátanos, esas almendras palmeras que antes compraba toda Europa, por ejemplo! Y puedo seguir un rato aporreando el teclado.

Les pongo ejemplos de algo que tenemos en estas islas: un carnaval entre los diez mejores del mundo, el astrofísico más importante del hemisferio norte, hasta los Enanos de La Palma, que sólo se dejan ver una vez cada cinco años. Pues en productos no nos quedamos atrás, léase quesos, vinos, pescados, papas, plátano, gofio…

Defendamos lo nuestro, ya que nadie va a hacerlo. Fíjense si me puse serio hoy con este tema que casi acabo y no he puesto ningún taco, ni a caer de un burro a más de uno que lo merece, simplemente les invito a que valoren más lo nuestro, que hasta tenemos sol garantizado todo el año, hasta nos meten en las listas de los mejores destinos turísticos y más de uno de nosotros aún no tienen claro que más allá de nuestro mar existe más mundo, pese a que Colón y sus secuaces llegaron a América en 1492. En este tiempo, los «yanquis» se han colocado como amos del mundo y a nosotros nos cuesta decir ¡qué pedazo producto tiene Canarias!

¡Larga vida al rock and roll!