Ramón Plasencia: “San Andrés necesita promoción y ocio”

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Ramón Plasencia./ Manuel Expósito
Ramón Plasencia./ Manuel Expósito

El pescado fresco y de la zona es el atractivo principal de San Andrés, gastronómicamente hablando, y su emplazamiento junto al mar es el plus que diferencia aún más la marca. “Hace falta promoción y hace falta ocio como elementos para atraer clientela”, reflexiona Ramón Plasencia, uno de los veteranos restauradores de esta localidad de Santa Cruz de Tenerife que, un año más, afronta la etapa de más visitante con el eterno problema de falta de aparcamientos: “No los hay en la zona y no se le pone remedio. Habilitaron una zona (Infobox) a la que poca gente sabe acceder. Es un problema grave por solucionar”.

El asociacionismo es una asignatura pendiente en el sector. “No abunda, pero sería muy conveniente. Toda zona en la que hay unión los resultados son mejores porque la unión hace la fuerza”, asegura quien ha visto crecer este pueblo marinero hasta convertirse en el referente de la cocina del pescador. “Esta zona está muy abandonada, especialmente la noche. Si no te acercas a comer, a San Andrés ya no vienes a nada”. Es el punto flaco de esta actividad y de la economía del lugar, apunta Plasencia.

En el lado contrario sitúa al crucerista. “Se nota bastante. El turista de cruceros viene y consume bastante con el añadido de que así también ayudamos a mover mucho al sector del taxi. Es un cliente, especialmente en invierno, de los que consideramos muy buenos”, señala desde su atalaya en Marisquería Ramón.

De clientela diversa, la etapa invernal es más propia de comensales denominados “fijos” o asiduos mientras que en los meses estivales abunda el de tránsito, aquél que acude atraído inicialmente por la presencia de la playa Las Teresitas. Y las estaciones también contribuyen a diferenciar el consumo: “El comensal de la Isla opta por el pescado, prioritariamente, algo en lo que coincide con el peninsular; el extranjero quiere una cocina más internacional pero basada en pescado grande, fino, sin espinas, de filete, de rueda… Y la paella, un plato que es muy demandado”.

A la hora de beber, el vino y la cerveza son las propuestas básicas y Ramón Plasencia lo tiene muy claro: “También se consume una cosa u otra por épocas, pero, normalmente, todo aquél que comienza consumiendo cerveza termina con una botella de vino en la mesa”. Y entre la vinoteca del lugar, “el vino canario es el que más se consume con mucha diferencia, con una proporción 80% canario-20% peninsular”. Una curiosidad: tratándose de un establecimiento especializado en la cocina de mar, “se consume más el vino tinto que el blanco. No sé por qué, pero todo el mundo está pidiendo tinto. El rosado es el vino que no quiere nadie”.

Marisquería Ramón está en la esencia de la historia reciente de San Andrés. “Pescado, marisco, carne y arroces” forman el grueso de la carta de este restaurante chicharrero en la que no falta el menú infantil como aportación adaptada al mercado familiar. “Hacemos hasta pizzas”. Eso sí, optan por el producto de casa: “Es un pescado competitivo porque, aun siendo más caro, la clientela acude buscando el pescado de la zona. Por eso merece la pena y por eso, compensa”.

Ramón Plasencia termina llamando la atención sobre un hecho que coarta la actividad y la apuesta empresarial: “Es más fácil eliminar empleo que crear puestos de trabajo. Te ponen muchísimas más pegas para contratar empleados que para despedirlos. Hay que pensárselo porque las cargas impositivas crecen en función de la cantidad de trabajadores que tengas”.