Restaurante Santiago del Teide: una comida como debe ser

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Cochino negro a la brasa./ Manuel Expósito
Cochino negro a la brasa./ Manuel Expósito

Se presenta como un establecimiento “atendido en familia, especializado en conejo en salmorejo y en carnes ibéricas a la brasa”, pero tienen una carta de 74 propuestas de las que 24 son entrantes, tres son sopas, cinco son pescados, siete son ensaladas, 18 son carnes, cinco son salsas y 12 son postres caseros. Suméle algunas especialidades fuera de carta. Es una casa de comida de productos de calidad, no lo dude.

Lleva el nombre del municipio y está en pleno caso urbano. Es un ambiente propio de los bares y restaurantes tradicionales, pero sorprende una cocina muy casera, una atención espectacular y cercana sin molestar, con una bodega que no es muy amplia pero sí variada. Es una apuesta segura para levantarse de la mesa satisfecho y con el bolsillo contento porque la relación calidad/precio está en armonía.

Para abrir boca algo tan simple y común como pan con chorizo, servido calentito, troceado y propio para una merienda gustosísima. Como entrante es sorprendente y muy acertado. Si quiere algo más para empezar, pella de gofio fría con almendra y Miel de Palma. Una variante muy singular en el que el paladar distingue todos y cada uno de los elementos, con la clave de un buen gofio. Añádale, fuera de carta, champiñones rellenos que bastarían para saborearlos como un segundo plato. Es un manjar. De tamaño súper, con un punto de sabor de la cebolla caramelizada que termina por romper cualquier reticencia a seguir y seguir degustando esta propuesta de una cocina que, a esta altura, poco tiene que demostrar.

Pero las sorpresas no terminan ahí. Cochino negro, a la brasa, al corte suave, con unas papas fritas de acompañamiento, cebolla caramelizada y algo de ensalada. Salvo el tubérculo (único reparo a toda la comanda), esta carne es de calidad excelente, en su jugo y sin matices que precisen en boca ninguno de los elementos restantes del plato. Cada bocado de carne es un espectáculo.

Churrasco de ternera. Esta es una carne más seca, también con papas fritas y algo de ensalada. Quizá un exceso en la comanda, pero otro producto marcado por la calidad. En este se vuelve a demostrar que cuando el restaurante Santiago del Teide se vende como especializado en carnes ibéricas a la brasa no engaña. Saben qué materia prima emplear y, sobre todo, cómo tratarla.

De postre, polvito paraguayo, pero no ese que estamos acostumbrados a degustar en otras casas de comida y bares al uso, no; estamos ante un postre en el que no solo se aprecia la galleta desmenuzada y de base consistente, el suspiro de merengue, el dulce de leche y la nata, sino que disfrutamos de un postre consistente que llama al café final.

El restaurante Santiago del Teide viene a demostrar que la gastronomía de este municipio está a un nivel Estrella Michelín porque hay una base que aporta y suma un trabajo excelente a un subsector en expansión que, en cualquiera de sus niveles, es un factor añadido a un destino turístico, para el foráneo, y de descanso y disfrute, para el local que sale a dar una vuelta a la Isla. Es un ejemplo de que aquí la cocina, por sí misma, es un reclamo.

El restaurante Santiago del Teide es un descubrimiento. Anótelo. Aquí la comida es como debe ser. Y un placer.

La ficha

Restaurante Santiago del Teide