Esto de los premios es algo curioso. Estamos acostumbrados a que grupos o colectivos de cualquier género e índole entreguen o reconozcan a sus correligionarios reconocimientos diversos. Pero, que para estar nominado sea condición indispensable ser cliente es algo muy propio de Canarias.
Para colmo, estos iluminados se arrogan conocimientos y propiedades suficientes para conceder títulos en nombre de Canarias, y Clavijo ni resuella. Claro, es que en este juego participan políticos locales (es año electoral) y empresas que claramente son proveedores de los premiados (otra premisa, suponemos) en el espectáculo mediático. Algunos galardonados presumen, en consecuencia, de que “estamos en el TOP-TEN”. ¡La leche!
Si pasas por caja, estás nominado. ¿A cuánto sube la minuta? Contarlo es de mal gusto. Los políticos ponen hasta el escenario y aquello tan costoso como el sonido y la iluminación. Total, sale del presupuesto de los vecinos. ¡Así es este pueblo!
Algo falla, indudablemente. Los impulsores no tienen la difusión que se arrogan y hacen creer y que los premiados aspiran a obtener (parece ser que en la minuta abonada así se asevera). Nadie compra el panfleto que se edita anualmente y que se muestra sobre los mostradores o barras de establecimientos, previo paso por caja, claro.
Pero, sí, algunos autodenominados “medios especializados” se hacen eco de este tipo de marketing pobre y cutre. Sepan que el restaurador interesado paga por aparecer en un folleto, eso sí, como guía de papel (en esta era digital) y bien ilustrado. Los que participan forman un minoritario grupo a los que los premios les saben a pocos (no hay segundo, ni tercero).
Entendemos que cada mengano o fulanito puede gastarse el dinero en lo que mejor estime o le convenga, pero una consideración: si no son un organismo oficial que representa a este Archipiélago, dejen de atribuir a sus premios del acrónimo “Canarias”, ustedes no nos representan. ¿Hasta cuándo el Gobierno de Canarias piensa consentir este atropello?
Amigo restaurador, pasar por caja no te da ningún derecho a erigirte, en nada y para nada, en representativo de la gastronomía de Canarias.
