Las propiedades beneficiosas que le atribuyen a esta dieta se basan en la constatación de que en los países donde se aplica la incidencia de enfermedades cardiovasculares es mucho menor gracias al mayor consumo de productos ricos en ácidos grasos monoinsaturados, entre otros.
La aceituna de mesa es un componente esencial en la Dieta Mediterránea, es el origen del aceite de oliva y forma parte de nuestro acervo cultural y gastronómico. Este alimento tiene la particularidad de reunir los cuatro sabores básicos (dulce, salado, amargo y ácido) lo que la dota de una increíble polivalencia en su aplicación gastronómica y la convierte en un ingrediente magnífico en multitud de platos: snacks, tapas, aperitivos, acompañando a bebidas o dentro de ellas, ensaladas, pizzas, arroces, pastas, pescados, carnes… incluso postres.
El olivo
Los orígenes del olivo se remontan muy atrás en la historia. Es un árbol milenario cuyo cultivo se extendía ampliamente por toda la zona mediterránea, abarcando Europa, África y Asia Menor, adquiriendo gran importancia para los pueblos fenicio, romano y árabe. La expansión de su cultivo a América se produjo en el S. XVI gracias a los colonizadores españoles.
La aceituna se utilizó desde un principio tanto para la extracción de aceite como para su consumo directo. De hecho, se conocen referencias en el siglo I de nuestra era que indican que ya se utilizaba como aceituna de mesa.
En la actualidad, según la encuesta sobre superficies y rendimientos de cultivos de 2017 (ESYRCE), España cuenta con 2.650.801 hectáreas de olivar, de las que 154.978 (5,85%) se destinan a aceituna de mesa. La obtención de una aceituna de calidad es el resultado de la combinación entre la tradición que rodea a este cultivo milenario, y la más moderna tecnología. Este binomio de tradición y modernidad sitúa a España como líder mundial en producción y exportación de aceituna de mesa.