Para saborear y disfrutar de una cerveza en toda su plenitud es muy importante saber servirla. Aunque más que de cómo servir una cerveza debemos hablar de cómo “tirar” una cerveza, todo un arte que es sinónimo de calidad profesional. La respuesta es muy simple: con uno o dos dedos de espuma. La espuma protege al líquido y evita que éste se oxide ayudando además a retener y resaltar los aromas y el gusto algo que antiguamente se conseguía utilizando unas tapas que tenían las jarras.
La espuma es una buena señal de que la cerveza está bien estabilizada y cuyo proceso de fermentación se ha completado correctamente. Una buena fermentación debe descomponer los azúcares y el almidón en alcohol y gas carbónico que al desprenderse debe formar la espuma que idealmente debe ser brillante y permanecer en el tiempo antes de desvanecerse, además de dejar también su huella en forma de aros en las paredes del recipiente.
Aunque las jarras de cerámica son piezas muy valoradas por los coleccionistas y son muchos los que beben la cerveza de estos recipientes, es aconsejable utilizar uno de vidrio, cuanto más fino mejor. El cristal nos permitirá apreciar mejor la transparencia de la cerveza, su color, su aroma e incluso su olor. De los envases de vidrio la copa es, sin duda, el mejor ya que se puede coger por el pie evitando así que se caliente la cerveza.
Cómo tirarla paso a paso:
- Nunca uses vasos o copas heladas, un error a la hora de tirar bien una cerveza que comenten muchos bares. El hielo descarbonata el producto, es malo para la espuma y desestabiliza la temperatura de consumo adecuada.
- La temperatura de la cerveza depende del tipo: La rubia o Lager debe estar a una temperatura entre los 6 y los 8º en el momento en que la vas a beber -ya que más fría la espuma pierde consistencia-, mientras que la cerveza negra, más consistente y espesa, debe tomarse a una temperatura entre los 8 y los 10 º.
- Cuando la sirvas, ladea la copa 45º y ponla en vertical en el momento cuando lleves un 75%.
- Si quieres tener una bonita corona de espuma sube de 7 a 15 centímetros del grifo o de la botella poniéndola perpendicularmente al vaso para que el líquido caiga y rompa en la zona central.
Ya sabes cómo se hace, cuando nos veamos no olvides invitar a una.