Un potaje de berros vegano. De paso aclaramos dudas

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Potaje berros vegano./ Manuel Expósito
Potaje berros vegano./ Manuel Expósito

Este potaje de berros vegano, que nos hace aporrear nuestro teclado hoy, no es otro asunto que aportar nuestro granito de arena en favor del movimiento vegano. Al contrario de lo que mucha gente piensa, el veganismo no es únicamente un tipo de dieta vegana. La realidad es que ser vegano va más allá de una manera de alimentarse, supone una filosofía de respeto hacia todos los animales. Quizá muchas personas tengan dudas sobre las similitudes y diferencias que existen entre veganos y vegetarianos. Ser vegano se refiere a no comer ningún producto de origen animal, menores índices de obesidad y una buena salud cardiovascular, a menudo relacionado todo ello con un estilo de vida global más saludable. Si a ello le sumamos el menor impacto medioambiental y una elección de alimentos más enfocada a la justicia social, en realidad, se perfila como una opción responsable y comprometida.

A si mismo, el vegetariano elimina de su dieta carnes, pescados… pero no evita derivados de los animales. Pongamos como ejemplo la leche, los huevos o la mantequilla. Podríamos estar una vida escribiendo sobre este tema que cada vez tiene más adeptos, algo que es muy interesante, pero como en todo siempre que sea en su medida.

Finalmente, existen muchas recetas en las distintas culturas ideales para el vegano, como el hummus, la baba ganoush y el seitán, entre otros, pero llegados a este tema vamos a dar una receta de un plato muy típico de estas tierras en la cual hemos evitado todo tipo de ingredientes cárnicos o derivados.

Receta

  • 400 gr de berros.
  • 300 gr de judía tierna.
  • 2 piñas de maiz. 200 gr de bubango.
  • 1 batata.
  • 4 papas.
  • 2 chayotas.
  • 100 gr de ñame.
  • 150 gr de calabaza.
  • 2 zanahorias.
  • 1 cebolla.
  • 1 cabeza de ajos.
  • Unas hebras de azafrán.
  • Una cucharada de mojo.
  • Un toque de pimentón.
  • Sal y pimienta al gusto.

Limpiar, pelar y picar las verduras.

Ponemos en una cazuela con agua las judías tiernas y vamos añadiendo las verduras, según el tiempo de cocción de cada una, a fuego medio y esperar.

En mi opinión personal, resulta un tipo de cocina muy divertida. Es por ello, que no puedo cerrar estas líneas sin recordar ni a Leonardo Da Vinci, que ya en sus días fue propulsor de esta cocina y ni al que, probablemente, sea el responsable del movimiento vegano en los 70, Walt Disney, dando voces y humanizando a los animalitos. Pero esa es otra historia.

¡Que la diosa de los fogones les de fuerzas!