Santa Cruz de Tenerife.
Más que una simple bebida, los zumos constituyen un alimento fuente de vitaminas y minerales, y mediante su consumo se obtienen diversos nutrientes necesarios para nuestro organismo, con la ventaja de que algunos componentes pasan directamente a la sangre, sin necesidad de digestión previa ni de desgaste energético. Los principales valores que los zumos aportan a nuestra dieta se pueden resumir en tres grandes aspectos, en función del aporte de nutrientes que realizan a nuestro organismo:
Zumo como fuente de vitaminas y polifenoles
Las vitaminas son un grupo muy amplio de sustancias que se encuentran de manera natural en las frutas y hortalizas, siendo este tipo de alimentos el principal medio para incorporarlas a través de la dieta. Se consideran esenciales ya que intervienen en importantes funciones para el organismo. En el caso de los zumos de frutas, estas vitaminas se encuentran en una cantidad similar al de la fruta de origen y suponen por tanto una de las fuentes principales de estos nutrientes.
El organismo tiene capacidad para desarrollar ciertas sustancias nocivas denominadas radicales libres, con una alta capacidad oxidante y que participan negativamente en el proceso de envejecimiento celular y en el desarrollo de diversos tipos de cáncer. Nuestro cuerpo se defiende de manera natural frente a esta acción negativa de los radicales libres, aunque en muchas ocasiones puede no ser suficiente para contrarrestar sus efectos.
El zumo de frutas es una fuente natural de vitaminas con capacidad antioxidante, y las representaciones de más peso en esta categoría son la vitamina C y la E.
Además de esta función, la vitamina C tiene un importante papel en la absorción del hierro, y se sabe que una ingesta reducida de vitamina E se asocia a un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. El zumo de frutas también es fuente importante de carotenoides, en concreto de precursores de vitamina A, que también tienen una alta capacidad antioxidante, además de participar en otras funciones como el metabolismo óseo o la función visual, entre otras.
En otro ámbito diferente al de las vitaminas y sin embargo, con un beneficio para la salud similar, se encuentran los polifenoles, unas moléculas de origen vegetal que se encuentran en el zumo de manera natural y cuya actividad antioxidante potencia en gran medida los efectos de las vitaminas A, C y E.
Además de estas características, el zumo de frutas contribuye a aportar a nuestra dieta una buena parte de la cantidad diaria recomendada de ácido fólico, también denominado vitamina B9, cuyos efectos en la prevención de malformaciones fetales es ya muy conocido.
Zumo como fuente de minerales
Los minerales participan en muchas funciones diferentes de nuestro organismo, y el zumo de frutas es una manera muy equilibrada de incluir algunos de ellos en nuestra dieta. Destacamos dentro de este grupo el potasio, que interviene en el mantenimiento de un correcto equilibrio hídrico; el magnesio, que participa en la formación de los huesos o en el refuerzo del sistema inmunológico; o el calcio, que aunque no puede considerarse una fuente elevada de este mineral, tiene un cierto aporte que no se debe menospreciar. Podemos destacar también la aportación de manganeso, zinc, bromo o cobre, que también participan en importantes funciones biológicas.
Zumo como hidratante
Las frutas y las hortalizas suponen un importante aporte de agua a la dieta, siendo este el componente más abundante en muchos de ellos y, en particular, en frutas como la naranja, la piña, la sandía, el melón y otros muchos. Los zumos de frutas, al ser alimentos elaborados por exprimido o triturado de la fruta, contienen la misma cantidad de agua que aportaría la fruta de la que proceden.
Un porcentaje elevado de nuestro organismo está constituido por agua y es importante mantener un correcto balance hídrico, que se mide en función de las entradas de agua, a través de la ingesta, y, las pérdidas que experimenta nuestro cuerpo a partir de la respiración, por vía cutánea (el sudor) y por vía renal (orina).
La cantidad física que desarrolla es, por lo tanto, muy variable en cada caso. Lo que sí es cierto es que los seres humanos necesitamos agua para vivir y el hecho de mantener un correcto equilibrio hídrico es básico para múltiples funciones que ejercemos en el día a día. Los zumos suponen una alternativa muy saludable para hidratarse ya que, además de la cantidad de agua que aportan de manera natural, incorporan otros nutrientes como los ya citados.
En definitiva, los zumos tienen propiedades hidratantes, antioxidantes, remineralizantes y tonificantes. Además, por proceder de la fruta, poseen cualidades desintoxicantes, que facilitan el tracto intestinal y pueden incidir en la prevención de algunos de los riesgos desencadenantes de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.