Si una correcta alimentación es esencial para nuestra salud, una buena hidratación también juega un papel fundamental para conseguir un estilo de vida sano. Por lo tanto, hidratarse resulta ser necesario.
Es por ello que el agua es primordial para la hidratación de nuestro cuerpo. De hecho, el origen etimológico de la palabra hidratación procede del término griego ‘hydros’, que significa agua. Por tanto, es fácil entender que la hidratación se produce gracias a la acción del agua.
Pese a lo esencial que resulta, el cuerpo humano no tiene provisión para almacenar el agua y cada día se pierden en torno a dos litros y medio que deben reponerse para mantener el organismo con una buena hidratación. Por ello, entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria y numerosos especialistas recomiendan consumir entre 2 y 3 litros de agua al día para una correcta hidratación.
En este sentido, el agua mineral natural contiene, entre otras, unas propiedades de pureza original y naturalidad que la convierten en una bebida esencial para reponer la cantidad de agua que nos hace falta ya que:
- Cuando bebemos agua mineral natural estamos bebiendo un agua única, que es pura desde su origen y posee unas características saludables. Un agua, que, precisamente por ser sana en origen, no necesita nunca ser desinfectada ni tratada químicamente para su consumo.
- Proporciona minerales y oligoelementos, producto de su lenta circulación por el subsuelo filtrante, que se mantienen constantes en cada botella.
- Cada agua mineral natural siempre nos aporta los mismos minerales gracias a su composición constante, por eso, cuando bebemos agua mineral natural siempre sabemos lo que estamos bebiendo.
- El agua mineral natural no aporta ninguna caloría, por eso es muy recomendable en un estilo de vida saludable.
- Gracias a los diferentes formatos en los que se presenta, beber agua mineral es una forma sencilla de hidratarnos en cualquier momento y lugar.
Las aguas minerales naturales son uno de los productos más reglamentados, junto con los alimentos infantiles, en materia de seguridad y calidad alimentaria. Esto se debe a que el agua mineral natural es un producto tan singular que debe llegar al consumidor en su estado de pureza natural.
En su proceso de envasado se siguen unos estrictos protocolos de control, con el fin de proteger esta pureza y mantener inalterables todas sus propiedades y características naturales. Por eso no necesitan recibir ningún tratamiento químico para su consumo.
Se envasan a pie de manantial con unas condiciones de extrema asepsia para proteger su pureza original y mantener inalterables su composición en minerales y sus propiedades saludables, lo que permite que lleguen al consumidor con toda la pureza que tienen en la naturaleza.
No todas las aguas pueden optar al calificativo de “Agua Mineral Natural”. Para ello, deben pasar un largo expediente administrativo y numerosos controles, con el fin de demostrar que cumplen una gran cantidad de requisitos y que aportan efectos beneficiosos para la salud. Una vez declaradas con tal denominación, la industria realiza más de 300 análisis diarios para monitorizar la calidad y estabilidad del agua envasada.
Así pues, directivas de la Unión Europea, complementadas con la legislación española y las buenas prácticas del sector de aguas envasadas, los controles y análisis de calidad que realiza nuestro sector permiten que el consumidor disponga de un alimento natural, saludable y seguro.