La cocina canaria muestra una gran calidad y variedad bajo una simpleza que es lo que la caracteriza. Bien por las influencias de la conquista -recuerden fue obra y hecho de los españoles- luego, por motivos comerciales, pasaron por estos lares portugueses, ingleses, franceses y algunos seres más que dejaron muchas cosas pero lo que aquí importa es el apartado gastronómico que fue mucho, a esto le añadimos lo que ya hacían los aborígenes canarios y conseguimos unos sabores irrepetibles compartidos en todo el archipiélago o únicos de cada isla, una cocina repleta de contrastes, con platos bien condimentados e ingredientes frescos que hacen de Canarias una escala obligada para los amantes del buen comer.
Gofio, papas arrugadas, mojos, son elaboraciones de las más conocidas fuera de las fronteras canarias, pero hay una infinidad de platos y recetas ancestrales que pueden volver del revés el pensamiento de cualquier mortal e incluso inmortal. Un ejemplo puede ser los distintos potajes ( de berros, de trigo, puchero…), los quesos y alguna de sus elaboraciones como el queso asado, el almogrote o un buen mojo-queso, en pescados ni les cuento, imagínense rodeados de mar y sol, bacalao encebollado, escaldón de cherne, morenas fritas, lapas a la plancha, potas en salsa, marineras… ¡hasta Neptuno se apunta a la fiesta!. En carnes destacan los asados, la carne de cabra en salsa, el baifo asado o frito, carne de fiesta… lo siento, hay tantos y tantos que soy incapaz de elegir.
De postres mejor ni les cuento, pero si les digo que dejen hueco para semejante variedad, si no me creen paseen por La Palma y luego me cuentan, rapaduras, almendrados, bienmesabe, queso de almendra, príncipe Alberto, salivarán como posesos, garantizado. Ya en vinos y malvasías dejen correr la imaginación, Shakespeare ya lo hizo.
Hay veces queridos amigos que el desconocimiento es una desventaja, pero en el caso de la cocina canaria no lo es, el motivo sencillo al desconocer se darán una oportunidad de experimentar, seguro saldrán muy muy pero que muy sorprendidos. Una de las virtudes de estas tierras no es solo que se les consideren afortunadas, ni su mar, ni su sol, la virtud ha sido adaptar lo aportado y volverlo propio, esa mezcla de España, Portugal y Francia, se le incorpora esas visitas previas a las conquistas de los romanos, los enlaces culturales e históricos con América y lo que ya hacían los aborígenes, el resultado es exótico, divertido, diferente y si me lo permiten místico. Bienvenidos a Canarias y recuerden que también es un paraíso gastronómico. ¡Que suerte vivir aquí!.