Casi se puede decir que estamos ya en año electoral, porque dentro de muy poco no se podrá inaugurar o realizar actos que parezcan que nuestros políticos nos han solucionado la vida. Por ello, ahora, toca gastar “antes de”. Queda poco tiempo hasta mayo del 2019.
Aunque no lo crean, estamos en una precampaña electoral también gastronómica, por lo que es hora de invertir todo lo que se pueda y más (por parte de nuestros gobernantes, claro). Es por ello que están muy displicentes sus acólitos (quién no), los que comen de ellos durante cada cuatro años. ¡Y que dure!
Esto conllevará jornadas y eventos donde se dirá que “lo nuestro” es inigualable, único, exclusivo y mil cosas más –el guiso perfecto-. Nos lo dirán hasta foráneos llegados para que sepamos mejor que nadie lo que aquí tenemos, que conozcamos de qué podemos disfrutar.
Siempre los mismos, los de siempre (cocineros sin cocina o periodistas sin periódicos), esos que no tienen un negocio al público con nóminas que pagar, pero que al empresario que sí las tiene les contarán cómo se deben hacer bien las cosas. ¡Vamos! Esos que siguen al amparo del gobernante, lumbreras mediáticos y gurús de la información y el saber culinario que solo sirven al político de turno. Políticos que, esta vez, parecen estar desesperados porque, ahora sí (sí, esta vez), parece que la cosa pinta en bastos.
Vienen las elecciones locales y alguno está algo nervioso, sin duda, y todo le vale. Día a día salen ante la opinión pública anunciando lo que es inanunciable: actuaciones con “asociaciones politicogastronómicas”, ayuntamientos organizadores de jornadas culinarias… Nunca hemos creído en la fórmula de empresarios y políticos juntos, perdónennos ustedes.
¡La que nos espera en el primer trimestre de 2019! Ni se lo imaginan. Pero, ¡ya verán! Estén atentos al espectáculo. No defraudará y aquí estaremos para comentarles la «jugada».
Ferias internacionales, nacionales o locales. ¡Qué más da! Solo pueden acudir los amigos, los de siempre (los subvencionados), y si hay que montar un club para los amiguetes, se monta. Una pregunta: ¿por qué algunos pueden usar la palabra Canarias en sus fregados cuando solo representan los intereses de algunos en una sola isla, por qué lo permite el Gobierno de Canarias cuando registran sus siglas?
Lamentamos tener que utilizar estos términos despectivos, nunca ha sido nuestra línea editorial, pero sigue habiendo, por lo visto, “godos” -eso sí, leídos y oídos- en este país de oportunistas que sigue siendo España y, por ende, Canarias. Solo con ver el relajo y la bobería en las redes sociales de algunos aterrizados por estas latitudes últimamente, con la convivencia de algunos de por acá, no nos dejan más remedio que rememorar aquél “¡godos fuera!”.
No falta, tampoco, ese minúsculo grupo de pseudoperiodistas gastronómicos que pululan por Canarias, camuflados en redes sociales y medios digitales que poco aportan al enaltecimiento del sector gastronómico y que solo pretenden vivir por medio de su supuesta información periodística de los restauradores, chef o cocineros e, incluso, de las instituciones públicas sin aportar ningún valor al sector.