Todos sabemos que ingerir frutas es bueno para el organismo pero, ¿Sabemos realmente por qué son tan buenas y los beneficios que nos aportan?
La piña es originaria de las cuencas del Amazonas y del Orinoco en Sudamérica. La principal zona de producción es Asia (Tailandia, Filipinas, China, Indonesia) con alrededor del 45% de la producción mundial, seguida de Sudamérica y Centroamérica alrededor del 25% (Brasil, Costa Rica, Méjico) y en tercer lugar África, destacando Nigeria.
En España se cultiva en las Islas Canarias y en algunas zonas de la Península como cultivo protegido o en invernadero.
Es una fuente importante de vitaminas C y E, y de β-Caroteno (provitamina A). Es rica en fibra, 3 g por ración de 200 g, y se caracteriza por sus efectos diuréticos y facilitar la coagulación sanguínea. Por estos y otros muchos beneficios, suele estar presente en numerosas dietas depurativas y es una buena opción para cuidar el organismo.
Además de su consumo en fresco, la piña se consume también transformada en zumo, siendo el tercer sabor más consumido en España, por pequeños y mayores, junto con la naranja y el melocotón.
La piña y su poder
Por otro lado si hablamos de las propiedades de la piña, esta fruta se ha considerado buena para los problemas cardíacos. Debido a los beneficios que aporta al organismo, es una buena opción para tomarla en el desayuno, en la comida e incluso en la cena.
Se ha constatado que el zumo de piña ayuda a la absorción de hierro, incrementa la síntesis de aminoácidos y colágeno, ambos muy importantes para la reparación de las células y los tejidos.
Esta fruta tropical es muy buena en la salud oral. En concreto, reduce el riesgo de enfermedad periodontal así como de gingivitis. Gracias al contenido en vitamina C, al ingerir el zumo estamos combatiendo las bacterias que pueden invadir el tejido de las encías. Así estaremos manteniendo nuestra boca a salvo también.
Además de los beneficios que hemos señalado, la piña, al igual que otras frutas tiene un contenido elevado de agua, y su consumo ayuda a mantener el organismo convenientemente hidratado.