Maridaje con refrescos, armonía de sabores

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El acompañamiento de productos gastronómicos con refrescos es un hecho extendido en todo el mundo desde el mismo nacimiento y popularización de estas bebidas. Pero, al igual que los gustos, las asociaciones entre los distintos platos y las bebidas refrescantes, el maridaje, también evolucionan con el tiempo. La forma de armonizarlas está en estrecha relación con la transformación que marca la diversidad, cada vez mayor, tanto en las bebidas como en la propia cocina.

A la hora de armonizar los alimentos y bebidas, los expertos coinciden en que lo más importante es el equilibrio. La similitud, el contraste y la complementariedad son las tres variables esenciales. Lo principal para acertar con el maridaje es que se potencien mutuamente, aportando vivacidad y haciendo tanto a la comida como al refresco más agradable de lo que serían por separado, realzándose mutuamente.

– La cola, por su intensidad y complejidad de aromas, remite a sabores potentes. Este sabor estimula la percepción a través de su acidez, por lo que es recomendable tomarlo a partir de media mañana, momento en el que tenemos la capacidad de percepción completamente activa. Además, el gas carbónico limpia las papilas gustativas antes del siguiente bocado, lo que lo hace compatible con carnes rojas a la parrilla, foies o patés especiados, así como ahumados de pescado. Es importante tener en cuenta que su sabor dulce puede saciar el hambre, por lo que no se aconseja para acompañar aperitivos, aunque sí para tomar entre horas.

– La naranja cuenta con fuertes notas cítricas, siendo compatible con sabores fuertes como vinagretas con miel, especias fuertes, ensaladas o postres de frutas. Su equilibrio de dulzor y acidez cítrica fresca proporcionan una dosis de hidratación y energía, al mismo tiempo que sacian las papilas. Por ello, el mejor momento para consumirlo es por la mañana, para proporcionar energía, o después de realizar un ejercicio intenso.

– Los refrescos a base de limón, destacan por sus fuertes notas cítricas, lo que los hace compatibles con sabores fuertes como vinagres balsámicos, salsas mahonesa o mostaza, pescados fuertes o postres de fruta. El ácido repercute en nuestras sensaciones provocando salivación y dejando una sensación más fresca. Todo ello hace que sea un buen sabor para los refrescos que se tomen en los aperitivos, previos a comidas y cenas, o bien para saciar la sed

– La lima-limón cuenta con un equilibro de acidez y dulzor que combina con el sushi, ensaladas de legumbres o macedonia de frutos del mar.

– El suave amargor de la tónica le proporciona una capacidad refrescante que lo convierte en una bebida muy apropiada a cualquier hora del día. Asimismo, encaja a la perfección con frutos secos, aceitunas, ahumados, conservas o frituras de pescado.

– El bitter destaca por la combinación de sabores dulces y amargos, posicionándose como el refresco perfecto para los aperitivos. Marida, por similitud o contraste, con frutos secos, reducciones con vinos olorosos o fajitas.

Para un buen maridaje, también es esencial la forma de servir y presentar los refrescos para que sean más apetecibles y puedan maridarse con la alta gastronomía.

1 – Es preferible servir los refrescos en un recipiente abierto, favoreciendo así la percepción visual y potenciando la capacidad para disfrutar de todos los aromas y sensaciones.

2 – La temperatura ideal para servir las bebidas refrescantes oscila entre los 4º y los 8º para favorecer la percepción del sabor y el aroma.

3 – Es recomendable utilizar hielos para mantener la temperatura. Los hielos gruesos son la mejor opción, ya que tardan más en derretirse y mantienen durante más tiempo la temperatura. Además, de este modo se evita alterar los sabores de la bebida.

4 – Finalmente, en la presentación se pueden añadir hierbas aromáticas y rodajas de fruta que contrasten o potencien su sabor.