Jamón canario o una de pata asada

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Jamón canario./ M. Expósito
Jamón canario./ M. Expósito

Hoy preparamos una receta muy clásica en Canarias, hoy toca una de jamón canario o pata asada. Para saber de dónde viene hay que volvernos hasta esa época en la que había que ingeniárselas para conservar el género.

Bares, cafeterías, restaurantes, guachinches y hasta la vecina del quinto tienen este manjar; en unos sitios, como entrante; en otros, como pincho para acompañar la primera cuarta de vino; en otros más, como el bocadillo del desayuno. Estamos a un par de meses de fechas navideñas, por lo que será divertido lo que les proponemos.

Aquí la hacemos asada por el clima, quizá porque no podemos ponerla en esos aires de la Sierra para convertirla en ese producto ya conocido como jamón ibérico. Aquí somos más de un buen asado y, también, le vamos al corte en finas lonchas.

Con todo esto, les recuerdo que la cocina canaria es muy sencilla, de esas que en los libros viejos de cocina consideraban como pobre, pero tiene una variedad de sabor, color e influencias que muy pocos lares pueden llegar a comparar.

Primero comencemos la receta:

  • Una pata de cerdo con hueso.
  • Una cabeza de ajos.
  • Dos cucharadas de mojo rojo.
  • Sal gruesa al gusto.
  • Unas hojas de orégano.
  • Un vaso de agua y otro de vino blanco.
  • Lo primero que haremos será separar el cuero de la carne sin sacar completamente, ya que luego volveremos a colocarlo en su sitio.

Por último, a los fogones:

Retirado el cuero, haremos unas incisiones y en ellas meteremos los dientes de ajo pelados.

Frotamos bien a modo masaje con la sal y el orégano.

Pintamos con el mojo y colocamos el cuero nuevamente, atravesamos con un palillo para que quede sujeto.

Precalentamos el horno a 200° unos minutos, mientras que en nuestra bandeja de horno ponemos el agua y el vino, colocamos la pata encima y listo.

Al horno. Recuerden bajar la temperatura a 170° y mantenerla ahí calculando un tiempo aproximado de 45 minutos por kilo.

Jamón canario:

Ya fría la serviremos loncheada regada con aceite de oliva, orégano y escamas de sal y unas papitas negras arrugadas.

Esta es una de tantas y tantas recetas que verán y oirán. En nuestro caso, es una receta de esas que pasan de generación en generación, la cual no se pone en el testamento por si nos quieren cobrar plusvalías. Esperamos que les guste y ¡que la diosa de los fogones les acompañe!