Siempre se recomienda seguir una alimentación completa y equilibrada, una dieta saludable
Santa Cruz de Tenerife.
Uno de los pilares de unos buenos hábitos de vida es una alimentación saludable. Un buen plan alimentario, completo y equilibrado, debe satisfacer las necesidades básicas del organismo, pero también las del espíritu, porque también se come por satisfacción, para disfrutar, para consolarnos…
¿Qué efectos tienen las dietas en el organismo?
Las consecuencias físicas de una dieta dependen del tipo que sea (calorías y composición), de su duración y de la constitución, hábitos alimentarios y modo de vida de cada persona. Pero, ¿qué pasa en el organismo cuando nos ponemos a dieta?
- La primera reacción es utilizar y gastar de inmediato la energía disponible: esta energía disponible de inmediato no es la grasa, sino el glucógeno (reservas de glucosa en el organismo).
- Cuando nos ponemos a dieta y seguimos una dieta hiperproteica y con pocos hidratos de carbono se pierde peso, pero es por la eliminación de agua.
- Una vez que el cuerpo se ha adaptado a la dieta de adelgazamiento, quemando el glucógeno y liberando una parte del agua, comienza a eliminar los tejidos que menos útiles le resultan, que suelen ser tejidos no adiposos de la masa muscular.
- En cambio, se resiste a perder la grasa, pues es lo que más necesita para aguantar si le falta comida: su grasa. No es hasta después de un par de semanas que el cuerpo empieza a proteger los tejidos no adiposos más necesarios y empieza a quemar las grasas.
La dieta y sus riesgos para la salud
En la mayoría de las personas, especialmente en las menos deportistas, el seguir una dieta de adelgazamiento suele suponer una adaptación en su cuerpo, que decide eliminar primero aquello que no suele estar activado: los músculos.
Por otro lado, con la mayoría de las dietas drásticas se corre el riesgo de ralentizar el organismo y de provocar una reducción del gasto energético. En este caso, el metabolismo levanta el pie del acelerador y almacena un máximo de grasa. Por tanto, seguir una dieta resulta ser, a veces, la mejor manera para que una persona poco activa ponga a su organismo en situación de “ahorro de energía” y crear así las condiciones óptimas para engordar.
De hecho, tras una experiencia de fuertes privaciones, nuestro organismo aprende la lección y reacciona asimilando mejor las calorías: tenlo en cuenta, porque esto hace que sea posible recuperar todos los kilos perdidos en poco tiempo e incluso alcanzar un peso superior al de antes del régimen: es el temido efecto yo-yo.
¿En qué consiste una dieta equilibrada?
¿Qué se puede hacer entonces? ¿No hay forma de perder peso con una dieta? Sí… pero con paciencia y una dieta variada y equilibrada que asegure el suficiente aporte de todos los nutrientes y no invite a nuestro organismo a entrar en modo “ahorro”.
El objetivo es perder grasa sin perder masa muscular. Para adelgazar correctamente, hay que perder un máximo de 500 g por semana. Perder más puede parecer espectacular, pero el resultado suele ser efímero: los kilos que se pierden rápidamente se recuperan igual. Los nuevos hábitos y una alimentación sana no han tenido tiempo de llevar a cabo su labor de reducción de manera duradera.
Alimentación saludable es alimentación variada y equilibrada
No se trata tanto de hablar de proteínas, grasas o hidratos, como de alimentos, que suelen ser fuente de distintos tipos de nutrientes.
Para perder peso es necesario seguir una dieta de adelgazamiento; pero comer menos es una cosa y comer bien es otra. Una dieta debe aportar todos los nutrientes que el organismo necesita, so pena de comprometer la salud y el bienestar: perderas kilos, adelgazarás, pero triste, cansado, amargado, con el cutis gris, el cabello apagado, la piel seca y la moral por los suelos.
Te recomendamos abstenerte de las dietas que excluyen grupos completos de alimentos en las comidas principales y jugar con la combinación equilibrada de cereales integrales, proteínas “saludables”, verduras y hortalizas, aceites vegetales para condimentar, fruta y agua, siguiendo las indicaciones del “plato saludable” de la Harvard Medical School de Boston:
