El subsector de los guachinches, entre “BBB” y caraduras

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Garbanzas, Tasca El Lebrillo./ Manuel Expósito
Garbanzas, Tasca El Lebrillo./ Manuel Expósito

Es un hecho que nos gusta saciar nuestras ganas de comer cumpliendo en lo posible el criterio de las “BBB”, aquello de bueno, bonito y barato. Desde el 1 de agosto de 2013, una normativa y su reglamento legaliza y regula la actividad de los guachinches tratando de garantizar la defensa del sector de la restauración y de los consumidores. Pero la crisis agudiza el ingenio y la picaresca va más allá del legislador.

Costó llegar a acuerdos para regular esta actividad procurándole calidad, prestigio y legalidad a una actividad que, en el mejor de los casos, se considera alegal y furtiva, con un alto índice de economía sumergida, el de la venta de vino a granel sin ningún control fitosanitarios, administrativos y/o contributivo.

Tras el arranque y aplicación de la norma, en el que se han ajustado aspectos y aclarado interpretaciones en su aplicación, el subsector se ha restructurado, o eso parece. Unos han salido fuera del mercado porque eran algo más que guachinches; otros, dejaron de serlo porque no cumplían con algo tan esencial como la salubridad; otros se han adaptado y mejorado el servicio, la calidad y hasta la rentabilidad.

Se dan casos de restaurantes y tascas que, en su estrategia comercial de captación de mercado, optan por utilizar el término guachinche como reclamo publicitario. Es una señal inequívoca de que la regulación ha sido positiva para el sector y una cuestión a abordar en otro momento.

En cualquier caso, todavía hay “mercenarios” que, escudándose en “la lástima”, en “dar pena” y en el subsistir para “darle de comer a sus hijos”, siendo “presuntos parásitos del sistema”, siguen al margen de la ley, ejerciendo una actividad de forma irregular y sin propósito de enmienda. Ofertando como vino propio litros que son ajenos para prolongar, artificialmente, el periodo de apertura y lograr un beneficio “en negro” de una actividad empresarial de forma irregular que solo daña la imagen que ahora proyectan los guachinches.

Ante todo ello, es comprensible y adecuada, tal vez, una autorregulación del subsector para evitar intrusos y aumentar la labor inspectora de la administración para salvaguardar el trabajo de los legalmente establecidos mientras continúen actitudes insolidarias y oportunistas del sector.

Guachinche

Local de venta de vinos a granel de cosecha propia donde se dispensa al comprador la posibilidad de degustar el vino acompañando platos de comida casera, un sitio o tienda de carácter popular donde se sirven comidas típicas y vino del país.

Decreto 83/2013, de 1 de agosto, por el que se regulan la actividad de comercialización temporal de vino de cosecha propia y los establecimientos donde se desarrolla