Puede que sea una de las elaboraciones más populares, puede que sea porque La Palma es dulce y el palmero, goloso; puede que sea por la entrada del azúcar en la Isla a gran escala -les recuerdo que la cocina palmera tiene dos monocultivos históricos: la caña de azúcar y los vinos-. Su rica repostería nace relacionada con la crisis del azúcar, la cual hizo que los cañaverales y trapiches transformaran el azúcar en dulces, mermeladas, conservas, bizcochos y rosquetes. Y, por supuesto, el gofio y la almendra. De esto el palmero conoce bien y mucho.
Pero hoy toca la rapadura. Tiene forma cónica y sus ingredientes principales son miel de caña, gofio, azúcar, almendra, canela y limón; su cocción tiene que ser a fuego lento y directo, durante mucho tiempo y removiendo continuamente hasta formar una pasta que se deja solidificar en moldes de barro cónicos.
Esta receta ha viajado por muchos países, pero en Cuba y Costa Rica se quedó en su recetario. Lo de Cuba no es extraño porque tiene muchos vínculos con La Palma.
INGREDIENTES
½ taza de gofio, 100 gramos de almendra molida, ½ litro de miel, ¼ kilo de azúcar, ralladura de limón, matalahúva y canela.
Papel de hornear y un “fisquito” (un poquito) de aceite.
PREPARACIÓN
Hacemos unos conos con el papel de hornear, lo untamos de aceite y reservamos.
En un caldero iremos añadiendo los ingredientes, salvo el gofio y la almendra; ponemos el azúcar, la miel, la ralladura de limón, un poco de matalahúva y la canela. Lo dejaremos al fuego hasta conseguir un caramelo, luego lo reservamos. Añadimos el gofio y la almendra, mezclamos bien y lo colocamos al fuego unos minutos.
Se vierte en los conos y se deja reposar. Una vez endurecidos, se quita el papel y se envuelve en papel de celofán para su conservación.
Un cocinero siempre tiene el apoyo de las personas que hicieron que se dedicara a esto. Una abuela y una madre, en esta ocasión serán las dos por medio de sus recetas personales de postres típicos.