El Templete es de otra liga

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Restaurante El Templete. Manuel Expósito. entre7calderos
Restaurante El Templete./ Manuel Expósito.

Jose y Javier, maitre y cocinero, respectivamente, están acostumbrados a triunfar en localizaciones inusuales e insospechadas. En su anterior experiencia eran el alma de uno de los restaurantes (hoy “fallecido”) más renombrado de la historia gastronómica reciente en el sur de Tenerife, ubicado frente a un taller de mecánica; ahora son los dueños del que se encuentra casi al inicio de El Médano (Granadilla de Abona), en una plaza donde lo más atractivo del lugar es el restaurante El Templete, precisamente.

Es una especie de templo de buen comer. De trato profesional, amable, atento y de esos que están en todo, pero sin que te des cuenta; la comida es exquisita sobresaliendo el pescado, pero con carnes que están al máximo nivel; con productos locales como fundamento, pero con ese toque moderno que le hace estar en la vanguardia. Lo recomendable es hacer caso a la sugerencia del maitre.

En esta ocasión, su propuesta para el entrante fue morena frita. No parece lo ideal, pero resultó un acierto. Este manjar de la cocina canaria lo sirven (con limón) en minicanastillas a modo de símil de la freidora, tras haber pasado por el fuego el tiempo exacto para darle ese punto superior al dorado que convierte a las espinas en un pasatiempo. Para empezar, sorprendente, pero muy bueno.

Suprema de pámpano con vinagreta de tomate y lenteja. Este plato está entre esos que un comensal suele recordar por mucho tiempo. La clave está en esa salsa en la que la presencia de la legumbre es casi imperceptible pero imprescindible para completar un conjunto de elementos que parecen pensados para amortiguar la fuerza de la “carne” del pescado, convirtiendo esta oferta culinaria en un volcán para el paladar. Muy, muy recomendable.

Desde el inicio, en la mesa hay papas negras acompañadas de una batata, mojo rojo y mojo verde. Combinan con todo lo expuesto hasta aquí.

Y llega la paletilla de cabrito asada a baja temperatura con chip de papa negra. No espere a que se la ofrezcan. ¡Pídala! Este es un plato que está por encima del sobresaliente, algo inusual en la cocina de hoy en día. La preparación requiere muchísimo tiempo (desde el día anterior) y en la mesa es aconsejable tomárselo con paciencia. El primer bocado traslada al comensal a los sabores de los mejores cochinillos. El cabrito se deshace en boca sin que la piel crujiente disminuya un ápice la sabrosísima carne jugosa de una paletilla a la que le basta la papa negra frita al corte chip como acompañamiento para redondear este plato. ¡Inmenso!

Una comida así debe terminar con un postre ligero. Eso lo saben en El Templete y por eso recomiendan un surtido de sorbetes caseros de melocotón, mango, maracuyá y piña. ¡No deje de pedirlo! Sabores frescos e idóneos para completar un menú que alcanza un nivel difícil de superar, en conjunto.

Leer y escuchar que estamos ante uno de los mejores restaurantes del sur tinerfeño no sorprende. El cuidado que el equipo tiene de los más mínimos detalles alcanza al café. Aquí es un producto que está a la altura de la cocina. Eso se puede decir de muy pocos establecimientos y eso refleja la profesionalidad de quienes están al frente del lugar. De hecho, te hacen sentir que estás en casa. El lugar, con terraza en la plaza, es amplio pero muy acogedor. Y un plus: hay aparcamiento público.

Un producto fresco, un trato muy profesional a la par que familiar, una carta muy variada pero adaptada al comensal, un conocimiento de la cocina que le permite modelar la oferta al producto del día sin resentir la calidad… Para ellos, cada día parece el primero. Al restaurante El Templete no solo hay que ir, hay que repetir.

La ficha

Restaurante El Templete