Bien vale probar la Cueva El Campesino

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Cueva El Campesino
Surtido de embutidos a la plancha, Cueva El Campesino./ Manuel Expósito

El lugar es singular por su amplitud, por su diseño, por su estructura, por los materiales empleados en su construcción, por su emplazamiento… El Restaurante Cueva El Campesino es un recinto edificado con canto blanco, emplazado en la localidad de Aldea Blanca (San Miguel de Abona) y simula el patio circular interior de una edificación antigua. Los comensales están distribuidos en torno a la esfera dejando a sus espaldas habitáculos aptos para su uso a modo de reservados, o no. Una claraboya a modo de bóveda aporta la luz natural suficiente al lugar.

Seis variedades de pan (con mantequilla, con ali oli, con ajo, con ajo y tomate, con ajo y queso y con ajo, tomate y jamón serrano) presiden una carta muy ajustada y sencilla que continúa con tres sopas (de pollo, gazpacho y crema del día) y cuatro ensaladas (mixta, el puente -aguacate, bacalao, batata, lechuga y frutos secos-, de tomate y aguacate y César -lechuga, pollo, parmesano, pan tostado y salsa césar-). Como entrantes aportan una veintena de propuestas, entre las que no faltan la tabla de queso, croquetas caseras, pimientos de Padrón, gambas al ajillo, huevos rotos con serrano, jamón ibérico, champiñones rellenos, queso canario con mojos y los huevos rotos con chorizo canario. A la parrilla ofrecen medio pollo, costillas de cerdo, secreto ibérico, chateaubriand, villagodio, solomillo, escalope, chuleta, solomillo, bistec, entrecot, chuletón, gordon blue y la parrillada La Cueva. De pescado, a junto al del día se puede elegir entre calamar a la plancha, bacalao cocido y salmón a la brasa con salsa de naranja. Para los golosos, quesillo, flan de almendra, culan de chocolate, tiramisú, postre de galletas y mousse del día.

De todo eso, hoy nos centramos en un surtido de embutidos que contenía morcilla dulce, chistorra y salchicha. Esto para abrir boca. En su conjunto, una combinación perfecta, simple y, en paladar, aquello que se espera degustar cuando se pide este plato. Por partes, la morcilla estaba perfecta, con el dulzor que se espera y con el fuego adecuado para hacer que cada bocado sea jugoso y permita saborear trocitos de almendras picadas, además de percibir ese punto de jengibre.  Deliciosa. La chistorra aporta fortaleza sápida a esta parte de la comanda en la que la salchicha redondea el plato.

Champiñones rellenos fue otro entrante. Un exceso, pero el producto, en sí, estaba a buen nivel; bien rebozado y debidamente complementado con morcilla. Ya sabe, esa que está tan buena sin necesidad de combinarla con otros elementos. Lo normal es que el relleno sea ademas con chorizo, aseguran.

El plato principal fue pescado del día, que en esta ocasión fue fogonero, una variedad de bacalao. Servido con abundante ensalada (de la que estos comensales no son muy devotos), estaba un poco seco, pero bien en su punto de sal, aunque algo saturado de mojo verde. Lo mejor de este plato fueron las papas arrugadas variedad autodate.

El restaurante Cueva El Campesino ofrece una carta como las de la mayoría de las muchas buenas casas de comida que hay en Tenerife y en Canarias. Lo que diferencia este espacio de otros muchos es su estancia, que los productos que utiliza son de buena calidad, que la atención en sala o patio es muy buena y cercana (sin molestar) y que la factura refleja esas condiciones positivas.

En todo caso, bien vale probar la Cueva El Campesino

La ficha

Cueva El Campesino