El chicharro, una joya no valorada

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Chicharros, El Templete./ Manuel Expósito
Chicharros, El Templete./ Manuel Expósito

El chicharro es un pez con poca literatura (trachurus trachurus, pez perciforme de la familia carangidae). No tiene muy buena prensa, pero tampoco mala; simplemente, no es mediático, por ello no lo veremos en algunos restaurantes. Pero, ¿realmente hay a quien no le guste un chicharro frito? Está disponible en el mercado durante todo el año, pero tiene una marcada estacionalidad en los meses verano.

Todo el mundo valora las sardinas, los boquerones, hasta las caballas, pero el pescado del que hablamos puede prepararse de muchas formas y eso mola mucho, ya que da un gran juego: fritos, en escabeche, en mojo hervido…

Presentan el cuerpo alargado, algo comprimido, ojos grandes, una ancha fila de escamas afiladas y escudetes formando una línea curva peculiar en cada flanco. Los chicharros canarios son los jureles de la mayor parte de la Península, mientras que el jurel canario no es frecuente en aguas peninsulares, donde recibe el nombre de jurel dentón. En Canarias denominamos jurel a otro pescado de la familia, de mayor tamaño y de diferente forma y color, a veces denominado jurel de Guinea, de lomo azul verdoso pálido y vientre plateado, flancos con una raya amarillenta, cola y radios de las aletas dorsal y anal amarillos.

Aunque injustamente, no son muy apreciados en culinaria y poseen un valor económico moderado. Se trata de pescado de buena calidad y de gran interés para nuestra dieta. Pertenece a la familia de los pescados azules, que se caracterizan por su alto contenido en la grasa rica en ácidos grasos omega-3, contribuye a reducir los niveles de colesterol y reduce el riesgo de aterosclerosis y de formación de trombos.

El chicharro, además, nos aporta proteínas de alto valor biológico y vitaminas, como la D, necesaria para la absorción del calcio por los huesos. Puede que sea humilde, que lo es, pero tiene mucho carácter, muchísima personalidad y, lo que a nosotros nos importa sobre todo, un sabor delicioso.

Hay pescados que por tradición e historia deberían estar en cualquier carta, más aún cuando dan un gran juego.

Los chicharros aportan a nuestra dieta: