Parece ser que hay alguno de nuestros más de 26.000 seguidores en redes sociales que aún no se ha dado cuenta de una cuestión sutil que diferencia a entre7calderos.com, nuestra modesta página web. Aprovechamos la oportunidad para aclarárselo: no cobramos por escribir y publicar en este medio a ningún restaurante o empresario del sector. Hacemos crítica y no nos dedicamos a contar intereses en base a dinero supuestamente cobrado. En todos los casos contamos nuestras solitarias experiencias culinarias, según nuestro criterio.
Lamentamos que haya quien se confunda. Somos conscientes de que el público, en general, piensa que quien aparece en una publicación ha pagado por hacerlo y que, en consecuencia, el medio lo magnifica para justificar los ingresos recibidos. Eso puede pasar en otras publicaciones (prensa, radio, televisión y digitales), en entre7calderos.com no lo hacemos. Nos dedicamos a hacer crítica y no publirreportajes (que también podríamos, pero cobrando y dejando claro que se trata de ese tipo de inserción, eso sí). Nuestro método es sencillo: Elegimos un restaurante, vamos, comemos, pagamos y ni se enteran de que hemos estado.
Lamentablemente, en este mundo de la información gastronómica existen más relaciones públicas que quienes ejercen de periodistas. Penosamente, hay que reconocer que los grandes de la información se dedican a resolver los números de sus cuentas de resultados por lo que, los “gurús” de la pluma gastronómica -tampoco hay que desdeñar la labor de las agencias de información especializadas, que se afanan en que sus clientes aparezcan en los medios, pues comen de esto- cuentan solo lo que le interesa a su cuenta corriente. Vamos, que escriben parabienes y estos los miden en base a lo que cobran. Eso es lo que les importa, el cliente es otro asunto.
Ellos no dirán dónde se come de forma exquisita o razonablemente bien de precio, no. Contarán lo bien que los atendieron, el magnifico lugar, lo excelente del trato en la sala o del champagne que le sirvieron. No olviden que la inmensa mayoría de nuestros críticos “gurús” gastronómicos no saben ni freír un huevo, y, alguno, no sabía lo que era una tostadora o un microondas hasta que se divorció.
Es lamentable, pero hay que ser conscientes de que, en el mejor de los casos, son periodistas de carrera que por uno u otro motivo acabaron escribiendo en esto del yantar sin vocación alguna; otros, la mayoría, ni siquiera tienen estudios de la información, pero en sus medios, los que les pagan su sueldo, les pusieron por una u otra razón al frente de la sabrosa sección. Tengan la absoluta convicción de que ninguno ha pasado por una escuela de hostelería y, por ende, no les extrañe, que algún que otro cocinero ni los pueda ver.
En resumen, narradores de hechos épicos sociales, culturales, deportivos e, incluso, políticos y hasta alguno de estos últimos (sin sillón) metido a esto de escribir sobre el buen yantar: quien no tiene o ha tenido una madre que cocina de película o una abuela… (por si acaso, hasta aquí siempre, siempre, supuestamente)
En entre7calderos.com nunca les diremos cómo debe cocinar un profesional, por mucho que sepamos de cocina; ni cómo se debe mantener un local y la corte de empleados que conlleva, no. Simplemente, contaremos si lo que comimos y pagamos mereció la pena. ¡Salud!