La cerveza sin alcohol está elaborada con los mismos ingredientes naturales que la cerveza tradicional, a la que se le ha suprimido el alcohol. Según la reglamentación sanitaria, se considera cerveza sin alcohol aquella cuyo contenido alcohólico es inferior al 1% de volumen; aunque actualmente existen cervezas sin tipo cero que no presentan ninguna traza de alcohol.
Al ser elaborada de la misma forma que la cerveza tradicional, contiene los mismos componentes nutricionales, por lo que la cerveza sin alcohol es altamente hidratante, de muy bajo contenido calórico y puede formar parte de una dieta equilibrada, ya que aporta vitamina B (especialmente ácido fólico), fibra, minerales (silicio, calcio, potasio y magnesio) y antioxidantes naturales.
De esta forma, el consumo de cerveza sin alcohol puede estar incluido en la dieta de personas que padecen hipertensión arterial, puesto que un botellín de cerveza “sin” al día aporta 10 mg de calcio, potasio y muy poco sodio.
Igualmente, la cerveza sin alcohol es una alternativa para las mujeres consumidoras habituales de cerveza que están en estado de gestación o en periodo de lactancia. Durante el embarazo, se recomienda no consumir alcohol para garantizar la seguridad del bebé. En este sentido, el consumo de cerveza sin alcohol puede ser también una alternativa saludable ya que aporta gran cantidad de agua, no supone un aumento de calorías a la dieta, contribuye a cubrir las necesidades de ácido fólico (contiene 5 μg/100ml), vitaminas y minerales, y ayuda a evitar el estreñimiento.
Asimismo, en el periodo de lactancia, por las características antioxidantes de la cerveza, es una bebida que reduce el estrés oxidativo al que está sometida la madre tras el parto y aumenta la actividad antioxidante en la leche materna, lo que disminuye también el estrés oxidativo del niño tras el nacimiento. Concretamente, según demuestra una investigación realizada en la Universidad de Valencia, las madres lactantes que suplementan su dieta con cerveza sin alcohol aumentaron hasta un 30% la capacidad antioxidante de su leche materna (Valls Bellés V. Codoñer Franch P. “Efecto de la cerveza sin alcohol sobre la leche materna”).
Por otra parte, la cerveza sin alcohol apenas tiene calorías (17 kcal/100 ml), por lo que es una opción en dietas de adelgazamiento, puesto que ayuda a romper la monotonía de la dieta y facilitar su seguimiento. También es importante la cerveza sin alcohol en la alimentación en las personas mayores. Así, puede ser una bebida de elección en esta edad, pues además de ser hidratante, contiene potasio (de 200 a 450 mg/l) y es pobre en sodio.